El informe de la UE sobre la seguridad química destaca los progresos y los retos en la transición hacia el uso de sustancias químicas más seguras y sostenibles
El 17 de abril de 2024, La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) publicaron un informe conjunto. Este resumen esencial ofrece una visión de los avances y retos en la transición de la UE hacia prácticas de seguridad química más sostenibles y seguras. El informe señala los éxitos en algunos sectores y hace hincapié en las áreas en las que es necesario seguir actuando.
Estado actual de la seguridad química en la UE
El informe de la AEMA y la ECHA, publicado el 17 de abril de 2024, ofrece una referencia exhaustiva para comprender el panorama actual del uso de sustancias químicas en la UE. Revela que, aunque algunos sectores han avanzado en la reducción de los riesgos derivados de las sustancias químicas peligrosas, otros apenas están empezando a abordar estas cuestiones críticas.
Las autoridades han mejorado notablemente el escrutinio de los productos químicos industriales, aumentando su comprensión de los peligros que entrañan. Este mayor conocimiento ha dado lugar a acciones específicas para minimizar y controlar los riesgos, sobre todo en lo que respecta a las sustancias carcinógenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción (CMR). Los avances son evidentes, pero los resultados de la evaluación comparativa ponen de relieve que aún queda mucho por hacer. Reducir el impacto de las sustancias nocivas sobre la salud humana y el medio ambiente sigue siendo una prioridad.
Retos clave destacados
El informe llama la atención sobre varios retos clave:
- Sustancias potencialmente preocupantes: Aunque el uso de sustancias químicas carcinógenas, mutágenas y tóxicas para la reproducción (CMR) sigue aumentando, su ritmo de crecimiento es más lento que el del mercado global de productos químicos. Esto refleja la creciente presión para evitar las sustancias potencialmente preocupantes y aplicar los principios del diseño seguro y sostenible.
- Seguridad de los consumidores: Los productos de consumo deben ser controlados de forma eficaz. No deben contener sustancias químicas que alteren los sistemas endocrinos, persistan en el medio ambiente o sean bioacumulativas y tóxicas.
- Necesidad de datos e información: Se necesitan datos más completos para comprender la exposición y el impacto de las sustancias químicas nocivas tanto en los seres humanos como en el medio ambiente. A pesar de esta carencia, es evidente que debe acelerarse el cambio hacia sustancias químicas más seguras y sostenibles.
- Gestión de residuos y economía circular: La transición hacia una economía circular se ve obstaculizada por los escasos avances en la eliminación de sustancias potencialmente preocupantes de los residuos y materiales secundarios.
Seguimiento y aceleración de los progresos en la seguridad química
El informe utiliza 25 indicadores clave para hacer un seguimiento periódico de los principales factores contaminantes y efectos de la contaminación química en Europa. Un panel en línea permite acceder a estos indicadores, diseñados para medir la eficacia de la legislación europea sobre sustancias químicas.
Las observaciones clave de estos indicadores incluyen:
- Reducción de emisiones: La normativa específica de la UE y las medidas internacionales han propiciado un descenso de las emisiones químicas a la atmósfera y el agua. Sin embargo, son necesarias más medidas para minimizar las concentraciones nocivas que afectan a la salud humana y al medio ambiente.
- Biomonitorización humana: Esta herramienta ofrece información valiosa sobre la exposición humana a múltiples fuentes químicas. Proporciona una forma de medir hasta qué punto la legislación sobre sustancias químicas protege la salud humana y el medio ambiente.
Seguir avanzando
La estrategia de sostenibilidad para las sustancias químicas (CSS, por sus siglas en inglés) de la UE ofrece una visión clara de la lucha contra la contaminación química. Entre sus objetivos figuran el fomento de la innovación para lograr sustancias químicas seguras y sostenibles, el refuerzo de la protección de la salud humana y el medio ambiente y la simplificación del marco jurídico de la normativa sobre sustancias químicas. La AEMA, la ECHA y la Comisión Europea han creado indicadores clave para apoyar esta estrategia, lo que permite la elaboración de políticas basadas en pruebas.
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